La mañana trascurre animada con irritantes gritos de niños que se emocionan de pensar que ellos darán el gordo como si fueran a recibir un plus por ello y por fin sale el ansiado número, y no te toca. "¡María, que no somos millonarios!", grita el españolito a su señora. Ahora la esperanza se reparte entre el resto de los premios y por fin no queda más que conformarse con alguna pedrea si hay suerte y un par de devoluciones. Pero lo que más incomoda al españolito es soportar durante el resto del día las celebraciones de aquellos que han sido agraciados, descorchando botellas de cava "a tutti plen" mientras él se come un plato de garbanzos con un vaso de don Simón. Parece que el señor calvo que escupe la suerte pasó de largo esta vez.
Lo más asombroso de todo es que en este sorteo se reparte menos dinero que en el resto de sorteos que se celebran durante el año. Somos animales de costumbres y parece que nos llena más gastar sin conocimiento en navidad antes que hacer una quiniela de dos euros. Y mientras unos celebran sus ingresos y otros se tiran de los pelos por no tener nada, un catalán en el anonimáto cobrará una cifra inombrable tras recibir el primer premio de los Euromillones. A pesar de no abrir los telediarios, él tendrá la vida resuelta mientras que los otros, a pesar de su gran emoción, seguirán levantándose a trabajar cada mañana. ¿Qué tendrá El Gordo que tanto alegra? ¿Acaso premian con algo más que dinero?
1 comentario:
Vaya, llega a ser más casualidad y me encuentro con que tengo un doble en este mundillo del blogspot.
Es que mirando y remirando por internet uno se puede encontrar cosas muy curiosas, como la que me ha llevado a comentar en esta entrada.
Pásate por mi blog y descúbrelo tú mismo/a.
Un saludo.
Dani.
P.D. Sigue escribiendo, no se te da mal.
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