jueves, 15 de noviembre de 2007
Y FLUVI SIGUE SONRIENDO
Hoy toca hablar sobre Expo Zaragoza 2008. La verdad es que el hecho de que se celebre la Expo aquí no me deja privada, pero sí lo hacen las consecuencias que está teniendo y las que tendrá. Desconozco como se ve la idea de que la Expo se vaya a celebrar en Zaragoza, pero imagino que la gente pensará que habrá una buena organización, que Zaragoza estará casi preparada para afrontar la afluencia de personal que se espera, que no hay razones para dudarlo porque fue elegida entre otras y que si daba la talla en el momento de la elección, lo dará ahora.
La realidad es "algo diferente". Sólo hay que pasarse un día cualquiera por Zaragoza para quedarse privado y replantearse todas estas cuestiones. ¿Existe una adecuada red de transportes que comunique la estación del tren/autobús con el centro de la ciudad? ¿Están la obras del aeropuerto terminadas? ¿Están las obras de la propia Expo terminadas o tienen aspecto de que vayan a estarlo pronto? ¿Las redes de comunicación del resto de provincias con Zaragoza son buenas? ¿Qué tal funciona el transporte del aeropuerto a la ciudad? ¿El número de vuelos que registra el aeropuerto está al nivel de un evento de estas dimensiones?
A falta de ultimar estos "pequeños" detalles, parece que lo único que nos recuerda que la Expo cada vez está más cerca es el Fluvi con ojos de fascinación que aparece todos los días en la portada del Heraldo con la cuenta atrás para el comienzo. Por cierto, hoy Fluvi augura que faltan 212 días.
Lo más "privante" es que mientras todo parece moderadamente caótico, los políticos (supuestos responsables de que el tema vaya mal) se están "rompiendo los cascos" pensando en que hacer con los terrenos después. Que si el campus universitario se trasladará a Ranillas, que si media docena de organismos del estado también lo harán, ... pero vamos a ver, la Expo que es ¿una exposición universal o un plan de inversiones? Parece que se pierde por momentos el significado y la esencia de la idea de la exposición en sí misma. Por supuesto hay que hacer algo con los terrenos y hay que conseguir dinero pero no olvidemos que hay que sembrar antes para después poder cosechar.
A su vez, los hoteles ofrecen precios de escándalo. El negocio está garantizado. Yo estoy planteándome la idea de alquilar las habitaciones de mi casa a la mitad del precio que lo hacen los hoteles y mientras la gente muere de calor esperando en la cola del autobús 51 de la estación Delicias yo estaré tirada bajo el sol en una hamaca en Honolulú. ¿Alguien se anima?
Francamente, una oportunidad así no debe ser desaprovechada por la ciudad y ahora no es momento de "dormirse en los laureles". Se debe trabajar al máximo. Por ahora dejaremos que Fluvi disfrute cada día en la portada de Heraldo y no borraremos su sonrisa con malos augurios. Tengamos fe.
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